Por la vereda angosta
El sol derrite el invierno,
Y esconde entre los yuyitos
Las estrellas que se han muerto.
Y los que viven aquí
Saben que el frío es ingrato,
Si hasta hicieron el amor
Envuelto en papel de diario.

Una banda de gorriones
Atorrantes del Abasto,
Saltimbanquis peregrinos
Por los fierros oxidados.
Taconeo de fantasmas
Que es anuncio de milonga,
Y la promesa que nunca
Estará deshabitado.

Mariposa de osobuco
Vuela el olor de la sopa,
Desde las casas tomadas
Al hambre de las palomas.
Y un gato conventillero
Lame las piernas flaquitas,
De la gurisa que llora
En brazos de su hermanita.

Llega un ángel y se posa
Sobre la memoria en ruinas,
Y silba un piadoso tango
A la rueda de los días.
Engominado, el Morocho
Es un ángel y es un hombre,
Un día se hará justicia
Y el barrio tendrá su nombre...