Se arremangó y entre puteadas fue a tirar del carro
porque el burro empatanado no quería caminar
Ésa es la vida del que empieza su jornada
tironeando y como el burro
no hace otra cosa que acarrear
Y así se fue a probar su suerte a Buenos Aires
porque es debido que uno encuentre la ciudad
y como un amigo siempre da una mano
entró a una fábrica como era de esperar
De la pensión llegó por fin al conventillo
con mucha suerte, con vista a un basural
tuvo mujer y cinco hijos en diez días
y estuvo preso por pegarle y por robar
Era de aquéllos que fueron televisados
por usurpar la sagrada propiedad
le dio la mano a un diputado muy sensible
pero no tuvo nunca más otro lugar
Y así se fue volviendo loco de alegría
en una tierra parecida a la de Adán
pero tenía tentaciones, era humano
y más humano cuando el hambre fue total
Desabrochó por fin sus pantalones
abrió los brazos, salió a la calle y empezó a orinar
luego escupió en la cara a un verdulero
y se empezó a quitar la ropa allí nomás
Murió aplastado entre cajones de tomates
y entre la gente que empezaba a curiosear
una señora con aspecto de elegante
decía afligida y ya casi por llorar:
“Los jubilados, los docentes y ahora este otro,
la democracia dónde nos piensa llevar”
Se arremangó y entre puteadas fue a tirar del carro
porque el burro empatanado no quería caminar
