Era un cantante adicto a la miel en versos
besuqueador de comer a besos
con devorante voracidad
Besos de sangre y fuego, besos del alma
con poncho y nácar, besos con palmas
besos con tachas de tanto amar
Nunca pensó que un día le ocurriría
que lo besaran como él pedía
con tanta furia y monstruosidad
Labios descomunales y agigantados
de los que pueden besar tragando
fagocitándoselo al galán
Y se detiene el tiempo tiembla el planeta
suena ese beso como corneta
ladran los perros sin descansar
Y es un momento cumbre del Cancionero
folclore joven viejos rockeros
y la melódica universal
Llega a la vida un acto de proporciones
como el que piden esas canciones
que meten miedo si las pensás
En esa noche oscura ella lo besa
expande un labio llega a las cejas
y con el otro hasta el maxilar
Él quiere dar un grito, ya no lo deja
amplía el beso hasta las orejas
se escuchan fluidos del succionar
Gusto a salado ocurre que está llorando
no hay retenciones se está asfixiando
se sigue hinchando por reventar
Quiso cantarle al sexo desde la cuna
hurgar los vientres con su lujuria
tan insaciables de acto carnal
Y este no llegó nunca fue solo un beso
pero de aquellos con tanto acceso
que nadie ha vuelto para contar
Y yo que canto un poco y elijo temas
me cuido mucho de esos poemas
porque las cosas pueden pasar
No vaya a ser que un día me abran el pecho
y hasta los jueces les den derecho
si las pedía con mi cantar
Hay que pensar en serio al bajar estrellas
son tan calientes si te atropellan
no te dan tiempo ni a disparar